El lema de mi Universidad es este: “Sapientia Aedificavit Sibi Domun”. Él cual proviene del latín y
quiere decir: La sabiduría se edificó
bajo esta casa.
Y después de los seis años que he pasado en mi universidad,
creo que no le falta verdad.
Hace seis años llegué a Soria y descubrí un mundo nuevo.
Uno que se edificaba en paredes blancas y muros de hormigón, que tenía un gran
pajarito en su entrada, amplios ventanales y pasillos de cristal. Aulas, libros,
pizarras, mesas, sillas y todos los
ingredientes para soñar. Este mágico lugar, se llamaba: Campus Universitario Duques de Soria.
O como después de estos años hemos aprendido a llamarlo, nuestra segunda casa. Ahí he leído, he
estudiado y he aprendido cosas formales de la vida, y otras muy informales. He conocido amigas, amigos y por supuesto, me he enamorado.
También he desayunado, almorzado, comido, merendado y hasta he medio cenado. Me he sentado en sus pasillos, hemos hecho pitadas por sus clases y también he dormido bajo su techo.
Bajo ella, he reído, llorado y he aprendido a creer en mis
ilusiones, en mis deseos y lo más importante: he aprendido a hacerlos realidad.
Cada lugar de esa casa, ahora guarda mis historias, mis
mundos y una parte de mi esencia. Ya que más que mi escuela, ha sido una vaso alquímico
que me ha transformado en algo mejor que cuando llegué.
Si algo dejaré escrito en los muros de esta casa, será un
gran gracias. Uno que va, para mis amigas, amigos y para las personas que
convierten los muros fríos de una universidad, en una cálida casa.
Maestros que ven en sus alumnos, algo más que un número, ya
que se paran a conocernos y descubren en nosotros, la verdadera esencia que
poseemos. Nos alientan, nos animan y muchas veces sin saberlo, nos hacen creer
en nosotros mismos.
Esas extraordinarias personas con las que me he cruzado ahí,
son el verdadero oro que posee mi universidad, ya que no sólo ayudan a construir
la sabiduría que forma maestros, crean algo mucho más especial: una casa para
llevar con nosotros a partir de ahora donde vayamos.
¡Gracias!
Vivat
Academia,
vivant
professores.
Vivat
membrum quodlibet,
vivant
membra quaelibet,
semper sint
in flore.