La vida de algunas personas está compuesta de círculos,
parece que algunas historias se van a repetir irremediablemente una y otra vez, incluso cuando ya las creíamos
olvidadas.
Hay días en los que te das cuenta que has andando mucho, que
te has alejado lo suficiente como para ya no estar dentro de ningún circulo,
pero cuando bajas la mirada al suelo ves que te falta una línea aun por cruzar,
que aún no está rota del todo.
Y aunque no de la misma forma, parece que ni el tiempo ni
las personas han pasado y te vuelves a ver ahí pequeñita, en el sitio que
juraste no volver a pisar.
Por suerte para algunos, mientras nos hacíamos mayores
fuimos aprendiendo lecciones, dejamos de tropezar en las mismas piedras y
comenzamos a ver nuevos caminos.
Ahora buscamos las lecciones positivas de este momento, que
ahora estamos viviendo y si la historia se repite, es únicamente porque no
supimos cerrar el círculo, romperlo y hacerlo desaparecer de una vez.
Mi antídoto para estos momentos es ponerse frente a un
espejo, mirarse y repetir “Yo estoy por
encima de esto”. Y después sonreírnos a nosotros mismos, porque es
importante aprender a reírse de los problemas, incluso cuando duelen.
Y es que ahora que sabemos tomar de verdad las riendas de
nuestra vida, podemos andar por esos nuevos caminos que siempre están llenos de
sol cantando canciones como esta de La
Sonrisa de Julia:
O como Nietzche dijo una vez: “Lo que no me mata, me fortalece.”