martes, 29 de abril de 2014

¿Cómo pudo sucederme a mí?

Hoy me he acordado de que Sabina hace tiempo cantaba estos versos:

¿Quién me ha robado el mes de Abril?
¿Cómo pudo sucederme a mí?
¿Quién me ha robado el mes de Abril?
Lo guardaba en el cajón donde guardo el corazón...

Es gracioso cuando las historias de personas muy diferentes se solapan y en paralelo vuelven a repetirse y la letra de Sabina se hace viva y Abril sigue dejando descuidado, que el tiempo lo robe. Es en ese momento, cuando nos damos cuenta que algo importante se nos ha ido, que lo hemos perdido o nos lo han robado sin saber aún como ha pasado.

Por un momento podemos sentir desconcierto y es normal, nadie quiere ver su tiempo perdido. Sin embargo, cuando parece que caminamos desconcertados, Abril nos enseña sus nuevos rayos de sol, sus voces y todas sus mejores palabras que han estado guardadas en la boca de nuestros mejores amigos. Son los hilos que tejen una manta de amor infinito y resistente para cubrirnos y  llenar así el vacío de su ausencia.

Entonces también aprendemos que no es que Abril se haya perdido, es que solo se ha alejado para que podamos aprender de lo que teníamos más cerca. Y es en ese mismo instante cuando hacemos los dos un pacto:
-Si yo vuelvo a sonreír mirando al cielo y a los pájaros, él me pintará con lluvia, todas las flores del suelo que encuentre a mi paso. 

Como he decidido cumplir el pacto, me quedo con esta cita de Victor Hugo que también aparece en el libro y que sin duda acaba de entrar en mi lista de favoritas: "La suprema felicidad de la vida es saber que eres amado por ti mismo, a pesar de ti mismo" 



Love friends.

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