martes, 30 de septiembre de 2014

Y yo te quiero así...

Tú café y mi té se están enfriando, pero a nosotros nos da igual, no paramos de hablar y ya casi estamos acostumbrados a beberlos fríos. Será que después de tanto tiempo, aún tenemos cosas que contarnos. Y no puedo evitar sentir ese vuelco de felicidad cuando te sientas a divagar a mi lado y hablamos sobre la vida y sus grandes, bonitas y épicas cosas.  ¿Y qué me dices de ese espacio sagrado que acortamos entre nosotros, donde cómplices, nos confesamos algún pedazo de sus partes más putas?  Ahí es donde despliego el abanico de mi ironía, y tú ríes, y bromeas y yo aún río más, porque no sabemos cual de los dos brilla más o está más loco. Pero lo que sí sabemos es que sólo así, entre té y café, aprendemos a salvarnos del dolor y a morder con risa a la vida, a traerla de cara y a crecer con sus pruebas. La amamos tanto y estamos tan enamorados de ella, que sin duda, es nuestra mejor amiga. Y yo te quiero así, lleno y llena de imperfecciones, sentado a mi lado, regalándome tu tiempo, tu presencia y tus mejores palabras, lo más valioso que a alguien le puedes dar. Porque todo lo demás, se desgasta o es pasajero...

El gran secreto de mis luces es, que alguien las hace brillar, y eso señores, sólo lo hacen los cafés, los tés y un puñado elegido de amigas y amigos. Son los que son y siempre están.


Y yo te quiero así...                                                                                                               

No hay comentarios:

Publicar un comentario