Un antiguo proverbio chino dice que: “el aleteo de las alas
de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”.
A veces en la vida, nos sentimos pequeñitos, creemos que
nuestros actos o nuestras palabras van a caer en sacos rotos. Nos sentimos impotentes
luchando contra gigantes, sintiendo que cada vez perdemos más fuerza, solemos
olvidar que en esas situaciones no es la fuerza lo que más vale, son nuestras
ganas de luchar y nuestra valentía. Si creemos que podemos ganar, si lo soñamos
como hizo David, venceremos a Goliat, sólo hay que perder el miedo a los gigantes.
Los gigantes en mi vida suelen ser los cambios, la decisión de escoger, tomar
caminos y abandonar otros otros…
Pero son inevitables y necesarios, se suele decir que todo
el mundo debemos reinventarnos al menos una vez en la vida, pero yo pienso que
debemos hacerlo muchas veces, que debemos aspirar siempre a una metamorfosis
mejor.
Todos nos hemos reinventado también en el amor, hemos ido
transformando y modelando al hombre de nuestros sueños a medida que hemos
vivido experiencias.
Si miro atrás, el príncipe azul que yo soñaba de pequeña, ha cambiado
muchas veces de color.
Ya no viene en caballo ni tiene espada y suele llevar deportivas. No me salva de dragones ni de brujas porque prefiero
luchar yo misma. Se suele enfadar y también se equivoca, a veces ni siquiera
tenemos los mismos gustos, pero basta una mirada para saber que de cualquier
forma y en cualquier lugar él encontraría un castillo donde seguir escribiendo
nuestro cuento.
Si apareciera de repente no me extrañaría, porque las cosas
importantes de la vida llegan cuando menos lo esperamos...
Mientras tanto como
dice Vega: “que si la vida no me trata bien, yo me voy por pies a ese lugar
donde las manzanas sientan bien”.
Hola guapa, me ha gustado mucho, un besazoooo.
ResponderEliminarDebo.